La receta que hoy os voy a dejar explicada es rápida de hacer y los resultados son magníficos, siempre que Fallero (nuestro gato) deje de pasearse por encima del teclado, parece que no le gusta cuando me pongo aquí a escribiros porque cuando lo hago no juego con él. Cosas de gatos.
Los ingredientes que vamos a utilizar son: un pollo entero o muslitos (jamoncitos) de pollo. En esta ocasión he utilizado muslitos y unos contramuslos cortados en dos.
Salpimentamos la carne y le ponemos un poco de mantequilla o de aceite. Echamos por encima unas hierbas provenzales y desmenuzamos una pastilla de pollo de avecrem. Cogemos un limón y lo partimos por la mitad. Rociamos con el zumo de limón. Si hemos decidido asar un pollo entero metemos las mitades en el interior del pollo para que al asarse siga soltando zumo.
Añadimos unos cuantos dientes de ajo con su piel, sueltos por la fuente, unas cuantas ciruelas, unos albaricoques, unas pasas, todas ellas secas. Si queremos podemos poner también unos piñones y unos trozos de manzana, si no, con las ciruelas es suficiente.
Cuando todo está listo, rociamos con una cerveza. Normalmente con una lata de 33 cl. es suficiente.
Lo metemos al horno (precalentado), durante aproximadamente una hora a unos 180º, dándole vueltas un par de veces para que se dore por los dos lados.
Los muslitos son más fáciles de mover; si hacemos el pollo entero, mucho cuidado al girarlo, porque si no lo tenemos bien sujeto nos puede salpicar la salsa y quemarnos (lo digo por experiencia).
Y ya está listo para comer. Es una comida sencilla de hacer, no hace falta ser un chef experimentado y sale jugoso, sabroso y rico, rico.
¡BUEN PROVECHO!
La Cornucopia...un blog que no se encasilla en un único tema. Ciudades, cocina, fútbol, viajes, libros, política, mascotas, arte... ¿quién sabe sobre qué escribiré mañana?
miércoles, 20 de julio de 2011
jueves, 7 de julio de 2011
CUANDO LO IMPORTANTE ES LLEGAR… VIVO
Por motivos profesionales y personales, he tenido que conducir miles de kilómetros, encontrándome en algunos casos con situaciones realmente espectaculares. Uno es capaz de catalogar entre los conductores habituales, los ocasionales (común y despectivamente conocidos como domingueros) y los que a pesar de ser habituales conducen como los ocasionales.
Estas situaciones, para mí especialmente espectaculares, por el escándalo que me causan más que por otra razón, van desde los que conducen en zigzag, hasta los temerarios lentos o rápidos, pasando por los que se pueden considerar como peligro público.
Unos ocupan el espacio reservado para tu seguridad entre tu vehículo y el que te precede en un atasco; otros “te comen el culo del coche” dándote las largas o poniendo el intermitente izquierdo aunque vayas al máximo de la velocidad permitida; otros cruzan calles o se incorporan a ellas como si fueran los únicos en el asfalto, ajenos a todo lo que acontece y circula a su alrededor; y los más van cometiendo infracciones una tras otra poniendo en peligro su integridad y la de todos los demás.
Pero si hay algo que últimamente está de moda, son los adelantamientos por la derecha, que a no ser en situaciones y lugares muy determinados, está tipificado como infracción grave. ¿Quién no se ha encontrado circulando por la M-40 en Madrid, en un tramo con cuatro carriles, y que el segundo va ocupado por un vehículo que circula a 80km/h? A todos nos entran ganas de adelantar por la derecha, porque si vamos por el cuarto carril, tenemos que desplazarnos tres carriles, adelantar y volver al cuarto. Estos superconductores nos obligan a hacer unas maniobras, que si circularan por ese cuarto carril, no tendríamos que hacer. ¿Es que cuando se sacaron el permiso de circulación se saltaron esa lección?
En época estival, las campañas de la Dirección General de Tráfico se intensifican para concienciar a los conductores de los peligros en la carretera. En todos ellos se resalta la idea de que “lo importante es que llegues”. Cosa obvia a no ser que seamos unos kamikazes (personas que se juegan la vida realizando una acción temeraria), que de esos hay muchos. ¿Por qué no hacen una campaña dirigida a todos estos conductores que adelantan por la derecha y a los que los intermitentes los tienen en el vehículo porque venían de fábrica?
Se han hecho campañas para el uso de la señal V-23 en vehículos de gran tonelaje (señal reflectante de marcado de contorno para ver el perímetro trasero y lateral de los vehículos); campañas para la convivencia con las bicicletas; para el control de camiones y furgonetas; de vigilancia y control de distracciones; de conducción inteligente… y de accidentalidad en fin de semana dirigidas a los motoristas. ¿Para cuándo la de los adelantamientos prohibidos?
Todas estas campañas son interesantes y tienen como fin reducir la siniestralidad en las carreteras. No me parecen mal, pero hay muchas otras lagunas que deberían cubrirse: revisión de las penas por accidentes mortales (algún día expondré una vivencia familiar que tuvimos que sufrir con este tema); concienciar a los ciclistas de que las normas de circulación también les influyen a ellos, si yo tengo que respetar el código y las señales, ellos también; y el estado del firme en carreteras, autovías y calles, entre otras.
Y pediría al señor mandamás de la Dirección General de Tráfico, que empleara a los agentes de tráfico de la Guardia Civil en algo más que a poner multas. Hace años, muchos años, los conductores veíamos más agentes por nuestras carreteras velando por nuestra seguridad y menos agentes agazapados y escondidos, inmortalizándonos con sus radares, que de eso, ya se encargan los radares fijos.