Como estamos en vísperas de la Navidad, voy a publicar un par de entradas, acordes con estas fechas. La de hoy por la curiosidad de una noticia que leí hace unos días y la otra, más adelante, un poema de cuyo escritor soy sangre de su sangre.
La noticia, increíble pero cierta, versa sobre el rey Baltasar, uno de los Reyes Magos que fueron a adorar al Niño Dios, que ha visto cómo su nombre aparecía en los tribunales de justicia de este santo país llamado España; para aquellos a los que se les ha venido a la mente otro ‘rey’ Baltasar, lamento decirles que hoy no voy a hablar sobre él.
Los hechos sucedieron en 2010, en una ciudad andaluza, Huelva para más señas, en la que durante la tradicional Cabalgata de los Reyes Magos, una mujer que asistió a ella, resultó herida leve tras recibir el impacto de un caramelo en uno de sus ojos. Modesta, la denunciante, interpuso denuncia contra el Rey Mago Baltasar.
El juez instructor, tras recibir la denuncia y no sabemos, si prestar declaración a las partes implicadas, pues el denunciado aunque recibe numerosa correspondencia por estas fechas, dudo mucho que tenga un domicilio concreto en el que presentarle una citación judicial, se ha declarado incompetente porque “Baltasar es una persona extranjera, sobre la que no se tiene jurisdicción en España”.
Los planteamientos que realiza en el auto para explicar el por qué decide archivar la denuncia, no tienen desperdicio y considero que son detallados y comprensibles por cualquiera de nosotros. En la denuncia, la acción penal por lesiones por imprudencia se dirige contra el Rey Mago Baltasar, indicando también que se refiere a la persona que representaba al mismo en la cabalgata del día 5 de enero, por lo que el juez alberga alguna duda sobre quién recae la denuncia, si sobre el Rey o sobre su representante. Así, el auto recoge que “sin poder ciertamente afirmar que exista amistad íntima con la persona denunciada, reconoce el instructor que el Rey Mago Baltasar, con el concurso de los Reyes Melchor y Gaspar, le han venido ofreciendo anhelados presentes cada día 6 de Enero desde que tiene uso de razón”.
En el tercer razonamiento jurídico, afirma el juez que “si verdaderamente fuera el Rey Mago Baltasar la persona denunciada, podríamos encontrarnos ante uno de los supuestos de inmunidad de jurisdicción (…). Habría entonces que determinarse la nacionalidad de Su Majestad, pues siendo notorio que procede de Oriente, hace más de dos mil años que no se resuelve la polémica en torno a su verdadero país de origen. De este modo, sólo conociendo su nacionalidad, aplicando las reglas de Derecho Internacional Público, podría dilucidarse a qué jurisdicción y a qué órgano judicial, dentro de la misma, correspondería instruir”.
En cuanto al contenido material de la denuncia, se resumen los hechos en que “el Rey Mago Baltasar o, más probablemente, otra persona que se hacía pasar por él, arrojó los caramelos con un excesivo ‘ímpetu’, con tan mala suerte que uno de los contundentes dulces golpeó en su ojo, causándole una contusión ocular”. Lo justifica el juez aludiendo al art. 5 del Código Penal en el que se señala que no hay pena sin dolo o imprudencia, contemplándose el ‘riesgo permitido’, excluyente de cualquier responsabilidad penal, “Se trata de pequeños riesgos socialmente tolerados”.
Finaliza los razonamientos afirmando que “No es concebible, por lo menos para este instructor, una Cabalgata de los Reyes Magos sin que en la misma se arrojen caramelos a los espectadores desde cada una de las carrozas, del mismo modo que no puede concebirse una fiesta de carnaval sin disfraces. (…), nos encontraríamos ante un tema estricto de responsabilidad patrimonial de la administración, que es la que organiza la cabalgata y provee de caramelos y demás material tanto a SSMM los Reyes de Oriente como a los demás partícipes del desfile (…)”. El juez hace también referencia a un Auto de 2009 de la Audiencia Provincial de Las Palmas, que no he podido encontrar, que confirma el previo sobreseimiento acordado por el Juzgado de Instrucción.
Queda claro, y es de agradecer, que el espíritu de la Navidad permanece vivo no sólo en los niños, sino en muchos que ya mayores, seguimos poniendo cubos de agua, leche y dulces para que los Reyes Magos de Oriente, sus camellos y los pajes repongan fuerzas en nuestra casa antes de continuar la ardua tarea de recorrer todos los hogares de este mundo.
Sólo me queda la duda de si en las Navidades de ese año, los Reyes Magos le dejaron a Modesta (la denunciante) carbón o fueron benévolos y le obsequiaron con algún presente deseado.
Me alegro por el Rey Baltasar de Huelva y por todos los que pensamos que la Nasvidad no son sólo unos "días de vacaciones".
ResponderEliminarRespecto a la señora en cuestión, valga como regalo de Reyes un ejemplar de la sentencia enmarcado y un buen trozo de carbón dulce, para que se desamargue un poquito.
Del Rey Baltasar de Algete.
Cuando leí la noticia me hizo gracia como resolvió el juez el tema, pero me preocupó que nos estemos contagiando de los yankees, que ponen denuncias por todo. Es un riesgo que si echan caramelos te pueden dar y ha habido años que había gente con mala leche lanzando los caramelos pero suele estar bastante controlado. Menos mal que ha absuelto a mi rey preferido no quiero ni imaginar lo que hubiera pasado si le meten preso. Que el Olentzero me gusta mucho pero mi Baltasar que no me lo toquen. Li
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