martes, 19 de abril de 2011

AVISO URGENTE PARA TODOS LOS PARADOS ESPAÑOLES

Las sorpresas vienen día a día, y cada vez son más ingratas. Ahora viene de la mano de la tan ensalzada y laureada Asistencia Sanitaria Gratuita de la Seguridad Social. Si ya es difícil levantar cabeza cuando sufres en tus propias carnes el quedarte sin trabajo, y más difícil aún cuando los ingresos por subsidios o ayudas del Estado son nulas, ahora tenemos la pérdida de asistencia sanitaria gratuita.

Algo había oído, aunque no podía dar crédito. Esta mañana he acudido al INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social) y mis sospechas han sido confirmadas. Como no cotizo a la Seguridad Social, ni como trabajadora empleada ni como desempleada, actualmente no soy beneficiaria de ningún tipo de asistencia sanitaria gratuita.

He de agradecer que el funcionario que me ha atendido haya intentado quitar un poco de hierro al asunto, y con comentarios un tanto jocosos, ha tratado de eliminarle importancia a todo lo que yo le decía. Siento decirle que no lo ha conseguido, que si ya estaba deprimida por la situación personal que vivo, esto ha terminado de hundirme la cabeza.

¿Está usted trabajando? No
¿Cobra usted el paro? No
¿Algún subsidio? No, tengo una edad que está en tierra de nadie
¿Ningún subsidio ni ayuda? No, tengo 40 años, estoy haciendo un curso de formación, pero como no tengo cargas familiares…
¿Está casada? No
¿Divorciada, separada? No, ninguna de las dos cosas aunque tengo pareja
¿Y vive con su pareja? No, cada uno en una ciudad
¿Algún perrito que le acompañe? No, un gato
¿Tiene padres que sean titulares? Sí, eso sí. Mi padre es titular, jubilado y con discapacidad
¿Y vive con ellos? No
¿Entonces no está empadronada en casa de sus padres? Pues no, estoy empadronada donde vivo
¿Y quiere ser beneficiaria de la cartilla de sus padres? Creo que son las únicas personas que me pueden poner en su cartilla.
Pues entonces se tiene que empadronar en casa de sus padres. Pero yo no voy a vivir allí.
No pasa nada. Creo que eso es ilegal.
¿Acaso no son beneficiarias personas que se van de Erasmus? Sigo diciendo que eso es ilegal.
¿Y no se quiere empadronar en casa de sus padres? Lo único que me queda es que puedo seguir viviendo emancipada aunque me estén ayudando, si pierdo eso…
Tampoco pasa nada ¿No? Pues sí pasa, claro que pasa, y qué hago cada vez que tenga que ir al médico, ¿cojo un autobús que me cuesta 4,5€ de ida y 4,5€ de vuelta y hago 40 kilómetros para venir a su centro de salud?
Eso no es problema. Usted tiene que traer el empadronamiento en casa de sus padres, el libro de familia, el DNI del titular y el suyo y la última declaración de la renta y esta autorización firmada por el titular. Eso o ya tendría que solicitar la tarjeta para personas sin recursos económicos suficientes. Piénselo.

En resumidas cuentas, si quiero que me incluyan en la tarjeta sanitaria de mis padres, tengo que perder mi residencia, lo único que le queda a mi maltrecho orgullo; si no quiero perder mi residencia, tengo que entrar a formar parte de la lista de personas sin recursos económicos suficientes; y si no hago ni lo uno ni lo otro que Dios me pille confesada, porque si necesito ir al médico me tocará pagar facturas, porque tal y como anda la burocracia hoy en día, decida lo que decida pueden pasar unos cuantos meses hasta que tenga de nuevo asistencia sanitaria gratuita.

viernes, 15 de abril de 2011

“RESPETEMOS LA TRADICIÓN. HAGAMOS HISTORIA”

Cada día estoy más asqueada de compartir profesión con algunos para los que el dicho del ‘todo vale’ se ha convertido en su manual de cabecera. Si ya me gustaba poco la manera tendenciosa y partidaria de informar que tienen en el canal de televisión La Sexta, ahora menos todavía.

Señores ‘profesionales de la comunicación’, si no saben de lo que hablan es mejor callarse. Documéntense, entrevisten a los afectados y después, si consideran que se han empapado bien del tema en cuestión, entonces hablen y si no lo han conseguido, mejor permanezcan mudos, cuestión de principios.

Mi indignación viene motivada por una noticia que ha aparecido en los informativos de este canal. Bajo el titular ‘Otras procesiones poco santas’ y con motivo de la prohibición gubernamental de la procesión anticlerical que se iba a celebrar el Jueves Santo en Madrid, cometen la osadía de poner imágenes y nombrar como una de éstas (poco santas) a la Procesión Camino del Calvario de Cuenca. Tamaño insulto a todos los nazarenos conquenses y a aquellos que vivimos la Semana Santa de esta ciudad. Una procesión religiosa de más de cuatro siglos de historia comparada con otras no religiosas de veneración a un jamón, a un borracho, que por supuesto nada tienen que ver con la Semana Santa.

Creo que es llegado el momento que, desde la Junta de Cofradías se tomen cartas en el asunto y se solicite, como bien está legislado en la Ley Orgánica 2/1984, de 26 de marzo, Reguladora del Derecho de Rectificación, la corrección de ésta y tantas otras informaciones que hablan de una tal ‘procesión de los borrachos’ haciendo referencia a la Procesión Camino del Calvario, con lo que están no sólo dando una información falsa, sino también difamando a todos los que participamos en ella.
“Los tambores del viernes exclaman su ira, su pasión por las calles. Son los sanedritas de Anás insultando al Nazareno. Este es uno de los grandes momentos de nuestra Semana Santa. Avanza, con suma lentitud, Nuestro Padre Jesús bajo el Arco del Pórtico de El Salvador. Canta el gallo de nuevo ahogado por la "palillá"; mientras, quedan mudos los sollozos del Viernes, los de la Verónica, eterna seguidora del Nazareno. Las Turbas piropean a San Juan y cruzan el Puente del Huécar camino de Carretería para ascender a la Plaza Mayor. Desde los balcones se les ve andar como si estuvieran en su tiempo, vestidos para acudir a una fiesta, a hablar de Jesucristo: su destino. Alguna vez, en algún momento no importa cuándo, se ve llorar ahogado por el turno de tambores, al Jesús de la Seis, llorar lágrimas sobre la piedra en la inmensa soledad del amanecer y, levantada la vista, en la penumbra de los balcones y ventanas, no hay nadie; sólo, en los faroles, ángeles de nieve aplaudiendo esa soledad" (Raúl Torres)

miércoles, 13 de abril de 2011

De jubilaciones fraudulentas, ERES falsos y escuchas telefónicas


Cierto es que cada vez enciendo menos la televisión, y si lo hago es para ver alguna película o alguna serie a la que estoy ‘enganchada’, como mero útil para despejar la mente. Ayer fue uno de esos días en los que la encendí y como siempre, me llevé una sorpresa; notición del día, programa especial para hoy sobre el juicio que ha empezado esta semana en la Audiencia Provincial de Cádiz por la ‘Operación Karlos’, en el que se juzga a más de veinte personas por su participación en una trama con la que se consiguieron pensiones fraudulentas. Operación ésta muy mediática porque entre las inculpadas se encuentran Mª José Campanario y Remedios Torres, mujer y suegra respectivamente de Jesulín de Ubrique. ¡La prensa del corazón al ataque!

Inmediatamente vienen a mi mente otras operaciones o casos como el ‘ERE gate’ también llamado ‘Caso del fondo de reptiles’, del que no he visto grandes titulares en la pantalla si no es a través de programas de debate o intervenciones en el Congreso de los Diputados.

¿Acaso tiene más importancia informativa que un personaje de la prensa del corazón cometa fraude y meta la mano en la caja de la seguridad social, a que lo hagan los politicastros de turno aunque estos realicen un ‘atraco a mano armada’? ¿Es que unos reciben trato de favor informativo por parte de ciertas cadenas de televisión y otros no? ¿Qué vara de medir emplean estos ‘profesionales’ de la comunicación?

Y si de juicios hablo, parece que los juzgados andan calentitos estos días, voy a realizar otro paralelismo aunque igual de grave que el anterior, con otras connotaciones distintas. Mª José Campanario vuelve a aparecer como elemento comparador, esta vez con el juez Baltasar Garzón. Una en la Audiencia Provincial de Cádiz y el otro en el Tribunal Supremo. El hilo conductor entre ambos, Francisco Baena Bocanegra, abogado defensor de los dos en las causas judiciales en las que están imputados, que lo mismo vale para un roto que para un descosido. En los dos la coincidencia es aún mayor si tenemos en cuenta que las escuchas pueden ser las pruebas definitivas que les lleven a una sentencia condenatoria tanto a uno como a otro. Cuatro años y medio de prisión para ella y veinte años de inhabilitación para él.

Lo mismo que les une les diferencia: su abogado. Éste emplea para sus dos defendidos unas conversaciones intervenidas, pero al igual que los ‘profesionales de la comunicación’ con dos varas de medir según le convenga. Para su defendida Campanario, apela a la “violación de los derechos fundamentales por haber sido objeto de pinchazos telefónicos” para obtener pruebas de su participación en la compraventa de certificados médicos para obtener pensiones de invalidez fraudulentas. Reclama por ello la nulidad del juicio ya que lo que le inculpa “se ha conseguido de forma fraudulenta y ha contaminado todo el proceso y la verdad no se puede conseguir a cualquier precio” por lo que solicita que se eliminen estas grabaciones.

Sin embargo, con su otro defendido, Garzón, Baena Bocanegra emplea argumentos contradictorios con los de Campanario. En este caso el abogado sostiene para su defensa, que las escuchas que Garzón ordenó de las conversaciones mantenidas entre los cabecillas de la red Gürtel y sus abogados son legales, basándose en los precedentes legales existentes. Y se pregunta el abogado penalista que ‘por qué debe prevalecer el derecho a la intimidad de estas personas sobre el derecho de defensa de Garzón’ pidiendo que se incluya la totalidad de las grabaciones.

El abogado defensor de ambos es como un actor, que dependiendo del escenario y de los personajes que le acompañen en la obra, actúa de una u otra manera, defendiendo en uno blanco y en el otro negro. ¿Será capaz de obtener aplausos y flores en los dos?

martes, 5 de abril de 2011

MARCHANDO UNA DE CROQUETAS CASERAS

Continuando con el recetario familiar y como ya os comenté en la receta de Al rico cocido madrileño, podemos emplear la carne restante para realizar unas sabrosísimas croquetas. En esta ocasión, como en las anteriores, suelo poner más pechuga de pollo con la idea de que sobre para así poder hacerlas sustanciosas.

Los ingredientes que vamos a usar son comunes en nuestra despensa, por lo que no necesitamos comprar nada extra. Utilizaremos la carne del cocido, jamón serrano, una cebolla, harina, leche, aceite de oliva, mantequilla, sal, nuez moscada, huevos y pan rallado. Lo primero que haremos será poner aceite en una sartén al que añadiremos la cebolla finamente picada, y así la tendremos hasta que esté pochada, teniendo cuidado de que no se nos queme. A esta cebolla le añadiremos la carne y el jamón muy picaditos. Le damos unas vueltas para que se doren un poco y reservamos.

En una sartén o en una cazuela antiadherente, yo lo hago en una cazuela, derretimos unos 125 gramos de mantequilla. Una vez que está líquida, añadimos 170 gramos de harina tamizados con un colador y lo removemos hasta que la harina quede ligeramente dorada. Añadimos un litro de leche poco a poco sin parar de remover, para que no se formen grumos. Cuando la hemos añadido toda, dejamos que rompa a hervir y que cueza a fuego lento entre diez y quince minutos, siempre sin parar de remover para que no se agarre al fondo.

Transcurrido este tiempo, añadimos la carne que hemos reservado y le echamos un poquito de sal, no mucha porque el jamón ya aporta la suya, y la nuez moscada. Mezclamos bien y vertemos la masa a una fuente que no sea muy honda, alisando la superficie, para que enfríe. Yo suelo dejar que enfríe a temperatura ambiente, tapándolo con film transparente. Después lo termino de enfriar en el frigorífico, donde lo dejo toda la noche.

Al día siguiente, con la masa bien fresquita y compactada, preparo las croquetas. Para ello cojo dos cucharas, con las que me suelo pelear, porque no consigo manejarlas correctamente. Así que como las manos las tengo bien limpitas, doy forma a las croquetas con ellas. Las paso por huevo y luego por pan rallado y las voy poniendo en fuentes planas. Cuando tengo todas preparadas, frío las que nos vamos a comer y el resto las congelo para otro día. El día que decidamos freírlas, yo suelo sacarlas del congelador un rato antes, para que se descongelen totalmente y así quedan como si las acabara de preparar.

En esta ocasión he preparado más de setenta croquetas, no nos las hemos comido todas, aunque resultan geniales como segundo plato o como aperitivo. Advierto a los cocinillas, que si no quieren coger ningún kilo de más, preparen las justas, porque si no se encontrarán con denso tráfico a la nevera; son un picoteo delicioso.

Todos tenemos recuerdos de nuestra niñez; uno de los recuerdos que yo tengo es en la cocina de casa, allí nos juntábamos los cinco hermanos para ver cómo mi madre preparaba estas riquísimas croquetas. Ella, parece ser que éramos muy especiales, trituraba toda la masa para que no nos encontráramos ‘cositas’. Y tenía que vigilarnos porque en cuanto se descuidaba metíamos la cuchara en la fuente. Ahora nos las comemos trituradas, con cositas o como sea, porque como todo lo que cocina, mi madre hace las croquetas con muchísimo cariño.