Una luz verde intermitente, fuerte, visible desde varios kilómetros de distancia; una luz verde impactante, a gran altura; una luz verde, el color de la esperanza, que nos dice ‘estoy aquí, recuérdame’. Como un inmenso foco luce parpadeante en la planta 33 de Torre Espacio en Madrid, uno de los edificios más modernos de Europa. Moderno en construcción y respetuoso con la tradición, con los principios y valores que se sienten emanar de este rascacielos.
El presidente del Grupo Villar Mir, Juan Miguel Villar Mir, recientemente nombrado Marqués de Villar Mir, atendió las peticiones de un grupo de trabajadores que le solicitaban la construcción de una capilla católica en el rascacielos. Si tenemos un gimnasio y varios restaurantes, por qué no una capilla. Dicho y hecho. El presidente, el mismísimo presidente del Grupo Villar Mir acogió la idea con entusiasmo y se puso manos a la obra cediendo una sala y dando todas las facilidades para su equipación de acuerdo con los criterios recibidos por el Arzobispado de Madrid.

En esta Capilla, abierta a todos los fieles de la Torre, se celebraba la Santa Misa dos días en semana, pero el éxito de la iniciativa ha hecho que ahora se celebre todos los días de la semana. Inicialmente permanece abierta a los trabajadores de la Torre, sean o no del Grupo Villar Mir, aunque se permite el acceso a personas ajenas, previa autorización.
