viernes, 24 de junio de 2011

FALLERO MAD adoptado, una nueva vida, una nueva oportunidad

La historia de Fallero Mad se inicia en un albergue de mascotas “La Madrileña” hace no sabemos cuántos años. Este albergue estuvo gestionado, por desgracia, por un matrimonio mayor que poco hacía por los animales. Durante 20 años, los que por allí pasaban fueron sometidos a un terrible horror y morían de enfermedades o peleas sin atención veterinaria y prácticamente sin apenas comida y agua.

La asociación Justicia Animal estuvo durante años denunciando al Servicio de Protección a la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil, y a las veterinarias del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid la situación lamentable en la que se encontraban las instalaciones y los perros y gatos que allí se encontraban.

A pesar de tener orden de cierre en 2005, el proceso se paró. Sólo gracias a Justicia Animal que no cejó en su empeño y a los voluntarios que pasaban por la que bautizaron “Casa de los Horrores”, este año  se consiguió convocar asamblea y nombrar una nueva Junta Directiva, legalizada en el Registro Nacional de Asociaciones del Ministerio del Interior.

Fallero Mad fue trasladado de “La Casa de los Horrores” a la Asociación Alba, una de las asociaciones que recogió varios animales para colaborar con la nueva Junta Directiva, el 31 de enero de este año y puesto en adopción 3 meses después. Como dicen en su ficha 

FALLERO viene de una protectora del sur de Madrid, que no cumplía lo que se espera de tal nombre.... Tras varios años de lucha por parte de algunos de sus socios, han conseguido tomar las riendas y empezar a proteger a los animales de verdad. Varias protectoras de Madrid les hemos ayudado acogiendo a algunos de sus animales para que puedan mejorar las instalaciones.

Fallero ha debido pasar bastante tiempo en esa “protectora” que no tenía ni calefacción en las gateras, quizás debido al frío padece constipado crónico. Es un gato muy, muy bueno y cariñoso, además de precioso. Está en jaula de hospitalización desde que llegó al albergue en enero y esperamos que pronto pueda vivir en una casa como se merece.”

Debió llegar en una situación lamentable. En su cartilla pone que tiene 5 años, aunque por sus uñas, sus dientes y su carácter yo no le echaba más de tres.

El día que llegamos a Alba, íbamos con la idea de adoptar una gatita, Kimi Cruz, que estaba en acogida. Cuando Conchi nos iba a hacer la entrevista, nos confirmó que ya estaba adoptada, pero que tenían otros gatos entre los que podríamos elegir. 

Lo pensamos y ya que habíamos ido a adoptar un gato, hicimos la entrevista y fuimos a verlos. Primero una gata muy guapa y cariñosa, Bufona Enjoy,  pero que a mí me recordaba a Sansón, que fue devuelta al centro tras ser adoptada por un supuesto problema de alergia. Después entramos en una habitación en la que había tres gatos, nos pusimos protecciones en los pies y en las manos para no contaminar la estancia, pero o me recordaban a Sansón o a Dito (otro gato que tuvimos en la familia). Y el siguiente, el siguiente y último fue Fallero Mad. Nos quitamos los protectores de los pies y nos cambiamos los guantes y le conocimos. Encima de una mesa iba hacia nosotros, zalamero, cariñoso, dándonos con su cabecita y diciéndonos con su mirada, con su ronroneo, ‘Me gustáis, ¿me queréis?’. Fue instantáneo, nos aceptó a los dos y eso fue suficiente. 

Decidimos que él sería el nuevo miembro de la familia, él nos había adoptado a los dos, y nosotros le adoptamos a él. Cierto es que el enterarnos de que ya tenía cinco años, nos entristeció un poco porque por ley de vida le quedaban menos años de andanzas, pero la decisión estaba tomada, se venía con nosotros. Firmamos el contrato de adopción, el cambio de titular del chip, dimos el donativo (para cubrir los gastos de identificación, vacunas y castración) y nos fuimos para casa. 
 
Esa misma tarde nos lo traían, fueron horas interminables de espera ansiosa, pero llegó, curioso y observador, cariñoso y tierno. En ese momento fue cuando preguntando por su pasado, Conchi nos confirmó que venía de ‘la casa de los horrores’. 

Hoy nos sentimos orgullosos y felices de que Fallero Mad viva con nosotros, porque aquí, en nuestra casa, vamos a hacer todo lo posible para que esa triste y penosa vida que llevó quede sólo como un mal recuerdo; porque es más difícil conseguir una familia a un gatito con esa edad. Por todo esto animo a aquellos que estén pensando en tener un gato a que hagan lo que hemos hecho nosotros, el amor, la complicidad, la paz que dan es algo que merece la pena vivir.

Ahora lleva con nosotros cinco días, ya le hemos puesto en tratamiento para intentar curar la rinitis que padece y se está adaptando muy bien a su nueva situación. El primer día ya comía, bebía y hacía sus necesidades sin extrañar los nuevos lugares. La primera noche no se despegaba de nosotros, muy meloso y mimoso nos seguía a todas partes investigando, eso sí, todos los rincones de su nuevo hogar. Corre, se esconde, juega y descansa en los lugares que ha escogido para ello, que casualmente son los mismos que tenía Sansón, qué listos son estos animalitos.
 
Cuando pienso lo que habrá tenido que pasar Fallero en su corta existencia, y la penosa situación en la que se debía encontrar cuando llegó a Alba, se me cae el alma a los pies de pensar en el martirio de sus primeros años. Cómo puede haber gente tan despreciable, tan insensible, tan canalla.

La nueva asociación La Madrileña, que nada tiene que ver con la anterior, me comenta: 
“Muchos nos preguntamos cómo es posible que un ser vivo pueda conservar una dulzura tan grande después de haber vivido en un lugar como este. Fallero entonces no tenia ni un nombre, vivía hacinado con sus compañeros, comía vísceras de pollo crudo y soportaba la suciedad y el frío como todos. El abandono se veía por todo el albergue. 

Pasaron muchos años y la impotencia se apoderó de ellos y de nosotras, pero con sus ladridos, sus ronroneos, sus lametones y con todo el alboroto que formaban, parecían decirnos que no nos rindiéramos, que ellos podían seguir esperando. Muchos quedaron en el camino,  no llegaron a tiempo de ver renacer a La Madrileña, pero creo que se fueron sabiendo lo que hacíamos por ellos y lo mucho que los queríamos.  

Ha sido una lucha contra la miseria, llamando a muchas puertas sin conseguir nada. Poco a poco fuimos barajando ideas y con la ayuda de Justicia Animal, planificamos la búsqueda de socios de la Madrileña hasta que reunimos un número con capacidad legal para convocar una Asamblea Extraordinaria en la que salió elegida esta nueva junta directiva. . A partir de ahí ANAA, ALBA, APAP ALCALA, JUSTICIA ANIMAL Y MUCHAS PERSONAS DEL MUNDO DE LA PROTECCION ANIMAL, se volcaron para ayudarnos. 

Cuando comenzamos esta dura tarea en el albergue había 140 perro y 60 gatos, doscientos animales almacenados y desesperados. Pesaban sobre la protectora dos inspecciones con sus respectivas amenazas de cierre por deficiencias muy graves y gracias a todas estas asociaciones pudieron salir de alli muchos animales, de esta manera nos facilitaron el camino para poder comenzar a trabajar en la remodelación del albergue.

Aún  nos queda mucho por hacer, pero estamos en el buen camino, nos hacen falta buenas personas que demuestren su amor por los animales adoptando a alguno de ellos, muchos no han salido nunca de alli, ni para ir al veterinario, algunos nacieron y murieron alli sin sabeer que había otro mundo fuera de esos muros. Por ellos y para ellos mantenemos nuestra ilusión y seguiremos trabajando para darles una vida mejor.

Aun quedan 12 gatas bellísimas que fueron testigos de aquella pesadilla. Tan pronto entras en las gateras, te hablan, te cuentan… te esperan. Los que si viajaron fuera de allí a un mundo mejor, como Fallero Mad, tuvieron mucha suerte, a los demás les toca seguir esperando la llegada de un alma como la de Marisa, que supo mirar en los ojos de este gato”.

Son muchas las formas de ayudar: adoptar, acoger, colaborar; cualquiera de las asociaciones que se dedican a ello te agradecerán cualquier tipo de ayuda. Yo puedo decir, que aunque nos da pena imaginar la anterior vida de Fallero Mad, hoy nos sentimos felices de poder darle la vida, poder darle esa vida que le arrebataron, poder darle cariño, mimos, atenciones, cuidados, amor, tantas cosas que él, tan pequeñito, también nos da a nosotros.

A estos animales se les puede dar una segunda oportunidad, una esperanza de una vida mejor que la que han tenido hasta ahora.

No es cuestión de hacerles un favor, sino de devolverles la vida que se les arrebató, por eso “Antes de regalarle un cachorro a tu hijo o sobrino, acércate a una protectora; si hay una posibilidad entre un millón de que ese cachorro acabe en una protectora, regálale un peluche. Antes de comprarte un perro o gato de raza, ve a un centro; si ninguna de las miradas de tristeza, o de las orejillas atentas te conmueve como para llevarte un animal a casa, es mejor que no te hagas cargo de ningún ser vivo. Si ningún gato se adapta a tu gusto, tal vez deberías plantearte si quieres un gato o un adorno. Si adoptas un animal, salvas dos vidas: la del animal que está esperando esa última oportunidad y la de aquel que estando en la calle podrá entrar a ocupar la nueva plaza”.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo más importante de todo es que Mad max está con nosotros, alegrándonos día a día la rutina diaria. Juega, salta, brinca... ya me había olvidado de lo que es un gato joven. Le sacamos de Alba porque nos conquistó desde que lo vimos, olvidándonos de su edad y de su enfermedad; lo más cómodo hubiera sido coger un gato joven y sano. Estaba detrás de una ventana dentro del centro en el que, por muy bien que pudiera estar, no tenía el calor de un hogar. Se fue directamente para mí y me dio un cabezazo para que lo acariciara. Siempre me acordaré de Vidal, pero ahora recuerdo sólo lo bueno, haciendo un hueco en mi corazón para aparcar todos eso recuerdos y construyendo otro hueco para todos los que está empezando a dejar Fallero, un gato diferente.
MELKOR

Anónimo dijo...

Ah y os preguntareis por que se llama fallero pues....porque ya se llamaba así y por que cambiarle el nombre... Cuando a mi me presentan a alguien y no me gusta su nombre ( y por eso no quiero decir que no me guste que en realidad me mola) no le cambio el nombre y este gato ya se llamaba llero fa- llero de apellido mad.

Melkor.

Anónimo dijo...

Certifico que Fallero no es un simple gato, es un amor de gato, lo comenté el primer día, tiene mirada de buena gente, es casi ......., bueno sin herir sentimientos, es una delicia de gato.
José Figueroa, Médico Veterinario Terapias Alternativas

Chema dijo...

María Luisa,

dejo dos frases para la reflexión. Saludos a Fallero, el nuevo miembro de la familia.

Immanuel Kant (1724-1804): “Si el hombre no debe ahogar sus sentimientos, tendrá entonces que practicar la amabilidad hacia los animales, ya que aquel que es cruel con los animales se vuelve tosco en su trato con los hombres. Se puede juzgar el corazón de un hombre por su trato a los animales.”

Mahatma Gandhi (1869-1948): “La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la forma en la que los animales son tratados.”

Anónimo dijo...

Tengo un vecino que cuando le presenté a la nueva gatita que tenemos, dijo que había animales que tenían suerte por caer en la casa en la que caían. Yo no lo había mirado desde ese punto de vista, estaba contenta porque la 'esclava' de osito es casi tan cariñosa como él. Igual es imposible (osito tiene página facebook). Por cierto mi nueva gata se llama Nym. Libe